Con el calor cambiamos nuestros hábitos de vestir, tanto en el cuerpo como en los pies. Pasamos de llevar calzado cerrado, zapatos, deportivos, botas, calcetines, medias, etc… a llevar calzado abierto, sandalias, chanclas (normales o “de dedo”), que, además de posibles rozaduras, aumenta la probabilidad de sufrir sequedad en los pies. Debemos reconocer también que este tipo de calzado veraniego …